Esta mañana Milagros Davería fue despertada a golpes por su marido, quién se enfureció ante la negativa de la mujer a su pedido de mantener relaciones intimas, por lo cual comenzó a darle golpes de puño en la cabeza y luego intentó ahorcarla. Lo violenta situación ocurrió en la vivienda que alquilan en el barrio El Tribuno, sobre calle la Gaceta 2297 y fue presenciada por sus hijos de 6, 10 y 12 años. El mayor de ellos le solicitó a su padre que desista de golpear a su mamá y a pesar de eso el hombre continúo con su accionar, mientras la amenazaba con matarla. Luego de agredirla se retiró a trabajar en “changuitas” que suele realizar y le prometió que regresaría por la tarde de hoy.
Hace unos días atrás la mujer había solicitado ayuda a la comunidad, al pasar por una dura situación económica, por lo cual sus hijos no estaban comiendo bien. Esto también fue un motivo que reprochaba el hombre mientras la agredía.
“Esta mañana empezó a pegarme y me decía que vaya con los machos que tengo, que me traen las cosas”, contó a El Tribuno. En referencia a las donaciones que estuvo recibiendo para sus chicos, yo que no tiene recursos para alimentarlos. “Me empezó a pegar por la cabeza, por todos lados porque yo no quería tener relaciones”, añadió.
Daveria llegó de Tucumán a Salta hace 3 años con su marido, quién la somete a situaciones de violencia hace 14 años e incluso no la deja trabajar, es por eso que hizo varias denuncias que no prosperaron. Según contó está cansada de la vida que lleva y requiere una contención psicológica para ella y sus hijos que nunca llega. “Estoy cansada, ya no tengo ganas de vivir”, dijo. Y detalló que hoy recibió golpes en la cabeza, cuello, espalda y al verse atemorizada con sus tres hijos decidió denunciar la situación que atraviesa. “Él dejo de pegarme a las 8 y se fue y me dijo que vuelve por la tarde”, indicó.
Medidas tomadas por la Justicia
Por lo ocurrido la Fiscalía Penal de Violencia Familiar y de Género Nº 5 notificó a la victima sobre la exclusión de hogar para su agresor Cristian S y también la prohibición de acercamiento a un radio de 300 metros.
Se siente desamparada
Sobre como seguirá la situación con su familia dijo que hoy en día no tiene para pagar el alquiler y sus hijos deben asistir a la escuela, pero la realidad dramática que vive la tiene en “shock”. Ante lo cual solicita asistencia psicológica y contención para sus hijos, quiénes quedaron muy asustados. “Me siento muy sola y cansada con esta situación”, expresó.
Lo que vivieron sus hijos
Y añadió que sus hijos estaban durmiendo y se despertaron con sus gritos. “Me decía que si yo llamaba a la policía, que ya sabía que me iba a pasar”, indicó. Luego quiso destrozar su celular al arrojarlo contra la pared y es lo único con lo que cuenta para comunicarse con la escuela de los menores. Recién cuando el agresor se fue pudo contactarse con el 911. “Mis hijos no ahora no tienen ganas de comer y están muy asustados”, dijo.
Tras lo cual remarcó que es muy necesaria una contención psicológica para los tres chicos, ya que están muy asustados. “Pido que me ayude con los chicos, un psicólogo, porque el más chico está muy traumado”.
Su familia se alejó de Daveria por su relación con el agresor
Milagros Daveria explicó que vivía en Tucumán y llego a Salta debido a que su familia se alejó de ella por su relación con el agresor. “Yo seguía con porque pensaba que iba a cambiar, pero no”, dijo.
Y contó que cuando él consumía bebidas alcohólicas se ponía agresivo y hasta la obligaba a tomar, pero hubo un tiempo que dejo el alcohol, sin embargo hoy nuevamente volvió a consumir bebidas. Por eso, durante su agresión reciente dijo la insultó y le reprochaba porque había salido a pedir ayuda alimentaria para sus hijos. “Yo le explicaba que los chicos me decían que tenían hambre y no sabía de dónde sacar”, expresó.
No le permitía trabajar
La mujer dijo que lo único que les daba es mate cocido o pan con queso, por su difícil situación económica mientras su marido salía hacer “changas”. Sin embargo a Daveria no le permitía trabajar e incluso el año pasado hizo limpieza en una jornada de medio día, pero el hombre siempre le hacía problema. “Me decía que dónde andaba, a qué hora voy a venir, yo les traía cosas para los chicos”, comentó.
Milagros explicó que en estos momentos la vivienda que habita no es segura, y que está a la expectativa ya que le avisaron que iban a mandar a un policía para que los cuide. “Él me dijo que va a volver a la tarde y yo estoy sola con los chicos”, reiteró.
Finalmente remarcó su pedido por protección “No lo quiero ver más, yo no he dejado que me pegue en la cara porque me agaché y su puño dio contra la pared, pero si me pego muchas veces en la cabeza, finalizó entre lágrimas.
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