La Fundación UNIR continúa su misión de promover el desarrollo humano y social en comunidades rurales. Días atrás, el presidente de la Fundación UNIR, Fernando “Nano” Escudero y un grupo de voluntarios emprendieron una travesía de casi nueve horas por caminos montañosos y polvorientos, cargados de donaciones, para llegar a la remota comunidad de Los Cardones, en Angastaco. El objetivo: llevar las donaciones que tantas personas reunieron durante la última colecta.
Llegar a Los Cardones no fue fácil. Después del largo viaje en camioneta, los voluntarios caminaron más de cuatro horas bajo el sol, acompañados de pobladores, burros, mulas cargueras y caballos que ayudaron a llevar las donaciones. Al llegar, a más de 3500 metros de altura, el cansancio desapareció. Los siete niños de primaria y seis de secundaria que asisten a la Escuela de Los Cardones y otros pequeños recibieron pelotas, osos de peluche, juegos de mesa, juguetes, ropa y zapatillas nuevas. Los pobladores recibieron ropa y alimentos y se realizó una donación de elementos de infraestructura para la escuela, tales como vidrios, cables, herramientas y elementos de electricidad, entre otros.
A la Escuela Albergue de Los Cardones asisten 13 niños, repartidos entre primaria y secundaria. Las condiciones allí son difíciles y las necesidades son muchas. Sin embargo, lo que más impresiona es la fortaleza y el cariño de esta comunidad que, a pesar de las dificultades, sigue adelante. Fue en ese encuentro con las familias y los niños que surgió una conexión especial, y la Fundación UNIR decidió que Los Cardones se convertiría en un nuevo hogar para su Plan Integral.
Tal como realizara en otras comunidades, como Isonza, cuando la Fundación UNIR se compromete con una comunidad, no es sólo para llevar donaciones. Es un compromiso real de transformación.
Así, en Los Cardones, la Fundación UNIR realizará una colecta para construir un invernadero que permitirá a las familias cultivar verduras y frutas frescas durante todo el año, lo que contribuirá a mejorar la alimentación de esta comunidad tan aislada.
Luego, se realizarán mejoras edilicias en la escuela y, en una tercera etapa, se llevará a cabo un relevamiento de herramientas y recursos que los pobladores necesitan para el desarrollo de sus actividades agrícolas y artesanales.
Vivir mejor
El objetivo es claro: ayudarles a ser autosuficientes, que puedan vivir mejor sin depender siempre de la ayuda externa. Y, por último, la Fundación los acompañará en la venta de sus productos artesanales, para que todo el esfuerzo que ponen en su trabajo pueda traducirse en ingresos que fortalezcan la comunidad. “Esta primera visita nos ha mostrado el enorme potencial de la comunidad de Los Cardones”, dijo Escudero.
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