El Gobierno trabaja a contrarreloj para afianzar los últimos cinco votos que lo separan de una victoria. Javier Milei vetó la ley de financiamiento universitario sancionada por el Congreso y necesita de un tercio de los presentes en el recinto de Diputados para sostenerlo. El apoyo que Mauricio Macri le proporcionó al jefe de Estado fue decisivo, pero insuficiente: para evitar un revés, el oficialismo todavía bucea en un mar de 10 legisladores que en su mayoría responden a gobernadores que la Casa Rosada trata de seducir.
Las estimaciones indican que hay 80 votos a favor de la voluntad presidencial, 162 en contra, cinco ausencias y 10 en duda. Es decir, el Gobierno todavía no cuenta con la garantía del éxito, como tampoco la oposición. Ambos bandos se encaminan a una sesión incierta donde las ausencias y abstenciones serán determinantes para definir el resultado.
En las vísperas de la discusión en el recinto, hubo cuatro definiciones que ajustaron aún más el marcador. Las dos diputadas del gobernador sanjuanino, Marcelo Orrego, y el legislador rionegrino que responde al mandatario provincial, Alberto Weretilneck, dejaron entrever en la noche del martes que rechazarían el veto presidencial. En tanto, la cordobesa Alejandra Torres, aliada de Martín Llaryora, anunció que se ausentará de la votación por cuestiones de salud. Un golpe para quienes buscan insistir con la ley dado su manifiesto apoyo al presupuesto universitario.
En las pocas horas que restan para la sesión, prevista para las 11, todas las miradas están puestas en los 10 diputados que aun no tomaron partido. Allí se encuentran tres tucumanos del bloque Independencia que responden a Osvaldo Jaldo; tres misioneros que esperan las órdenes del mandatario provincial Hugo Passalacqua y su jefe político Carlos Rovira; y un diputado aliado a Rogelio Frigerio, de Entre Ríos.
Sueltos, sin ninguna dependencia con un oficialismo provincial, se cuentan en el grupo de los “indecisos” a la exoficialista Lourdes Arrieta y a dos radicales que conformaron el compendio de “87 héroes” que apoyaron el veto previsional, pero que esta vez no definieron su posición: Pablo Cervi y Martín Arjol.
“Estamos esperando que nos llame Rovira para definir qué hacer”, confió uno de los tres misioneros que para el cierre de esta nota no se había pronunciado sobre el veto de Milei. El resto permaneció en silencio.
“Tiene media mano y un poquito más en favor de rechazar el veto presidencial”, indicaron allegados de Arrieta, quien en agosto pegó el portazo de La Libertad Avanza. Aseguraron que, a diferencia de la posición que tomó respecto del veto previsional, cuando se abstuvo de pronunciarse, esta vez se pronunciará por sí o por no.
Las negociaciones
Los distintos gremios involucrados en el conflicto participaron el lunes de una reunión con referentes de la Secretaría de Educación, en el Palacio Pizzurno. Si bien se esperaba que del encuentro se desprendiera un principio de acuerdo entre el Gobierno y las universidades, el diálogo permaneció obturado.
“Sin acuerdo en la reunión de la mesa técnica salarial”, tituló su comunicado la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun). Tras esta cumbre y sin el visto bueno de los gremios, esa tarde el Ministerio de Capital Humano informó que otorgaría un aumento del 6,8%.
“El Ministerio de Capital Humano ofrecerá un aumento del 5,8% adicional al 1% establecido para personal docente y no docente de las Universidades Nacionales para el mes de octubre. Pese al rechazo gremial, se otorgará el mayor aumento acumulado a este mes dentro del Estado Nacional en consonancia con el compromiso asumido de priorizar el salario y no las disputas políticas”, dice el comunicado, y agrega: “Esta medida llevaría el salario universitario a niveles equivalentes al Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP), empleados administrativos y profesionales dentro de la Administración Pública Nacional. A su vez, se activará la Garantía Salarial Docente para las categorías más bajas contempladas dentro de la escala docente”.
Fuente: La Nación
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