Vecinos de la localidad mendocina de Palmira fueron testigos de una escena escalofriante. Era el viernes en la madrugada cuando vieron cómo un policía del Grupo Especial de Seguridad (GES) circulaba a bordo de una camioneta de la cual colgaba el cuerpo de su perro ovejero alemán. Momentos después, el agente fue detenido y se constató que estaba borracho y que -a primera vista- no notó lo ocurrido al animal, que viajaba en la caja del vehículo y se habría ahorcado con un lazo de forma accidental.
Según informaron fuentes del caso al sitio local Diario Uno, el hecho ocurrió alrededor de la 1.30 cuando el sargento ayudante de 44 años, cuya identidad no trascendió, circulaba en su camioneta modelo Peugeot Partner por las calles Italia y Garibaldi, a una cuadra de la plaza Sarmiento. Entonces, testigos observaron que se desplazaba con las puertas traseras del rodado abiertas y que de la caja colgaba el cadáver de su perro, al que iba arrastrando.
Posteriormente, el agente fue detenido y discutió con los efectivos a cargo de dicho procedimiento, ante quienes se identificó como policía y argumentó que estaba de licencia. Frente a su resistencia, los oficiales tuvieron que pedir apoyo para contenerlo y fue en ese contexto que el hombre se anotició de que había estado conduciendo con su perro muerto pendiendo de la camioneta.
A raíz de lo ocurrido al oficial de 44 años se realizó un test de alcoholemia que dio como resultado que manejaba con 0,82 gramos de alcohol por litro de sangre. Si bien no fue procesado, por protocolo se le retiró su pistola Bersa 9 mm reglamentaria y también dos cargadores.
Por el hecho fue notificada la Inspección General de Seguridad (IGS), a cargo de investigar y sancionar a los efectivos que cometan cualquier tipo de delito o irregularidad en su función. Entre otras cuestiones, el organismo busca determinar si el ovejero alemán fallecido también era del GES, ya que algunas versiones indicaron que el perro trabajaba en la División K9.
De momento se abrió un sumario administrativo y el acusado fue citado a declarar en la IGS mientras se evalúa qué sanción a aplicarle, lo que en principio podría comportar varios días de suspensión. En el caso que comprueben que el perro era de la Policía, la situación del efectivo se agravaría.
Fuente: La Nación
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