El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó ayer una orden ejecutiva para desplegar 1.500 militares en la frontera con México, dando así el primer paso para cumplir su promesa de “cerrar” el paso de migrantes y reforzar la seguridad fronteriza.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó en declaraciones a los periodistas que Trump había firmado una orden ejecutiva para el despliegue de 1.500 militares.
“Esto es algo por lo que Trump hizo campaña. El pueblo estadounidense estaba esperando un momento como este, en el que el Departamento de Defensa tome en serio la seguridad nacional. Es una prioridad número uno para el pueblo estadounidense, y el Presidente ya ha cumplido”, afirmó.
Esos 1.500 efectivos se sumarán a los 2.200 militares en activo y los 4.500 reservistas de la Guardia Nacional de Texas que ya están desplegados en la frontera.
Las nuevas tropas desempeñarán funciones similares a las de los efectivos ya presentes, enfocadas en apoyar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) con labores logísticas y administrativas, como el mantenimiento de vehículos y la entrada de datos.
Durante su primer mandato (2017-2021), Trump ya ordenó el envío de 5.200 efectivos a la frontera con México.
Este lunes, horas después de asumir la presidencia, firmó una orden ejecutiva que instruye al Pentágono a movilizar las tropas necesarias para lograr un “control operativo completo de la frontera sur de EEUU”.
La orden también establece que Trump evaluará en los próximos 90 días la posibilidad de invocar la Ley de Insurrección de 1807, lo que permitiría que los militares asuman funciones de aplicación de la ley dentro del país, en un rol más cercano al que actualmente desempeñan las fuerzas de seguridad.
Actualmente, los efectivos desplegados en la frontera no tienen autorización para realizar tareas policiales, como arrestar migrantes o incautar drogas.
Barreras en Texas
Texas intensificó sus medidas para frenar la inmigración ilegal con la instalación de nuevas barreras físicas a lo largo de la frontera con México, incluyendo un extenso sistema de boyas en el río Grande y alambre de púas en diversos cruces fronterizos, como parte de una estrategia coordinada que coincide con el inicio de la administración Trump.
Las autoridades tejanas desplegaron el martes varias excavadoras y trabajadores en lanchas neumáticas para ampliar una barrera flotante existente cerca de Eagle Pass, según pudo observarse en imágenes captadas por drones desde la ciudad mexicana de Piedras Negras.
La nueva sección de boyas, que se extiende por aproximadamente un kilómetro, forma parte de la Operación Estrella Solitaria, impulsada por el gobernador Gregg Abbott.
“Espero seguir trabajando estrechamente con el presidente Trump para asegurar la frontera”, declaró Abbott en la red social X, después de que medios locales mexicanos reportaran la instalación del primer conjunto de boyas el viernes pasado, días antes de la toma de posesión del nuevo mandatario estadounidense.
Ante todas estas medidas, crece el desasosiego y la incertidumbre entre los miles de migrantes varados en la frontera sur de México, quienes se debaten entre persistir en su viaje o volver a sus países.
Fuente: El Tribuno | Internacionales