Taxistas y remiseros salteños describieron el panorama adverso que enfrentan ante la crisis económica, el incremento de los costos y un mercado con apps como Uber. Manifestaron que la situación que atraviesan es “crítica”. Es que los propietarios pueden llegar a recaudar en un día de trabajo entre 40 y 70 mil pesos (en el mejor de los casos), monto del cual deben destinar un 40 por ciento para el pago a los choferes, es decir, entre 16 mil y 28 mil pesos. A lo que les queda deben descontar unos 10 mil o 12 mil pesos para cargar GNC en el vehículo, y en el caso de los remises, deben abonar a la agencia la “diaria”, es decir un monto que puede ir desde lo 7 mil a 10 mil pesos por día, según la empresa.
“Con mucha suerte, en mano, nos pueden quedar quizá 30 mil pesos, de los cuales siempre hay que guardar una parte para cuando se te hecha a perder el auto, que puede pasar en cualquier momento y si no tenes plata, el negocio no funciona. Es así”, contó Raúl Nolasco, propietario de un taxi.
Y añadió: “el arreglo de un embrague puede costar entre 200 mil y 300 mil pesos, renovar una cubierta significa de 100 mil pesos para arriba. Conviene siempre ir a Bolivia a comprarlas”.
El trabajador expresó que “fin de mes es tremendo. Desde el 20 se nota la merma de trabajo. Del 1 al 20 se trabaja mejor”.
En una nota entregada hace unos días a la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMT), un sector de taxistas pidieron 40 por ciento de aumento de tarifa.
“Es lo que corresponde de acuerdo a los costos que tenemos, sobre todo de combustible pero la AMT históricamente siempre nos ha otorgado la mitad de lo que pedimos lo cual es negativo porque nuestra tarifa está muy atrasada comparada con la de taxis de otras provincias”, aseguró.
En tanto, el presidente de la Asociación de Taximetristas de Salta, Gerardo Vaso, precisó que “hoy en día, las recaudaciones no permiten sostener el servicio. Pensar en pretender llegar a un 0KM, incluso un modelo usado se torna casi imposible. Una batería cuesta de 150 mil pesos para arriba, el cambio de la correa de transmisión de 350 mil pesos en adelante, sin contar el costo más oneroso que es el combustible porque para un turno se necesitan dos cargas y hablamos de 9 mil o 10 mil pesos cada carga”.
Y añadió: “ni hablar del costo elevado del seguro exigible para prestar el servicio que puede costar entre 15 a 40 mil pesos por mes. Es una paradoja pero tenemos que pagar muchísimas cosas tan solo para poder trabajar”.
Destacó que desde su sector, solicitarán un aumento del 100 por ciento de la tarifa. “No podemos seguir así. Necesitamos una inyección económica para equiparar el desfasaje que sufrimos en todos los aspectos. Veremos que determinará la AMT al respecto”, dijo.
A esto se suma la competencia. “Cuesta conseguir pasajeros, hay que dar muchas vueltas y eso es por la competencia desleal que hay con los remises truchos de los barrios y el descontrol de Uber”, dijo.
El jueves pasado, un sector de remiseros se manifestó en las puertas de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT). Aseguraron sufrir persecución por parte del organismo y pidieron controles de remises ilegales y de Uber.
“Entregamos un petitorio y planeamos llevar adelante otra protesta el próximo martes 8 en Grand Bourg”, anticipó el referente de la asociación Remises Unidos de Salta, Oscar Gallo.
Diferentes remiseros consultados coincidieron en que el promedio de recaudación diaria del titular de un remis en óptimo estado, tras una jornada laboral de entre 10 y 12 horas, es de unos 70 mil pesos. A ese monto deben restarle 12 mil pesos de la carga de GNC del coche y 7 mil pesos, en promedio, del pago de la “diaria” a la remisera.
“Cambiar el embrague cada 100 mil kilómetros cuesta 200 mil pesos, los frenos 120 mil pesos y si sufrís un accidente estas perdido”, manifestó Gallo.
En tanto, el delegado en Salta de la Federación Argentina de Remises (FAREM), Sergio Salinas, precisó que: “la diaria que le paga el remisero a la agencia de remis varía entre 250 mil a 320 mil pesos por mes según la empresa pero lamentablemente ellas cobran ese importe por un servicio que no brindan porque no les proporcionan viajes a los remiseros”.
Y añadió “cada cuatro meses se cambia el juego de cubiertas lo que puede significar más de 320 mil pesos. Ni hablar de los services de mantenimiento, el cambio de aceite. Los vehículos se deterioran y un auto nuevo sale más de 20 millones algo imposible para el trabajador del volante”, culminó Salinas.
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