Esta madrugada del 8 de diciembre de 2024, las calles de Damasco, una ciudad con milenios de historia, se convirtieron en el escenario de un cambio político cuando las fuerzas rebeldes, lideradas por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), ingresaron a la capital siria. La falta de apoyo de Rusia fue determinante para el régimen de Bashar al-Assad. La futura llegada de Donald Trump a la Casa Blanca también repercutió en la geopolítica, ya que Recep Erdogan, presidente de Turquía había admitido su apoyo a los rebeldes.
El hasta ahora presidente Bashar al-Assad, cuyo régimen había dominado Siria durante más de cinco décadas, huyó a un destino desconocido.
La ofensiva rebelde no fue un evento aislado, sino el clímax de una serie de avances estratégicos. Días antes, HTS y sus aliados habían lanzado ataques coordinados desde su bastión en la provincia de Idlib, avanzando rápidamente hacia el sur. La captura de Homs, una ciudad clave en el centro de Siria, fue un golpe decisivo que abrió el camino hacia Damasco. La velocidad de los acontecimiento militares evidenciaron la fragilidad de un régimen que, durante años, dependió en gran medida del apoyo militar de Rusia e Irán para mantener su control.
Caída de Damasco
La caída de Damasco marca el fin de una era que comenzó en 1970, cuando Hafez al-Assad, padre de Bashar, tomó el poder mediante un golpe de Estado. Bajo su liderazgo, Siria se convirtió en un actor clave en la política del Medio Oriente, aunque a menudo a costa de la represión interna. Bashar al-Assad asumió la presidencia en 2000, prometiendo reformas que nunca se materializaron plenamente. La Primavera Árabe de 2011 desencadenó protestas masivas que fueron brutalmente reprimidas, llevando al país a una guerra civil devastadora que dejó cientos de miles de muertos y millones de desplazados.
En las horas posteriores a la entrada de los rebeldes en Damasco, la ciudad ha experimentado escenas de euforia y caos. Miles de prisioneros políticos han sido liberados, y los símbolos del antiguo régimen están siendo desmantelados. Sin embargo, la incertidumbre prevalece. La comunidad internacional observa con cautela, consciente de que la caída de un régimen no garantiza una transición pacífica. Las facciones rebeldes, aunque unidas en su oposición a Assad, tienen agendas diversas que podrían complicar la formación de un gobierno estable.
Para muchos, la caída de Assad es motivo de esperanza después de años de sufrimiento. Para otros, especialmente aquellos que se beneficiaron del antiguo régimen, el futuro es incierto. La infraestructura de la ciudad, ya debilitada por años de conflicto, está al borde del colapso, y la necesidad de ayuda humanitaria es más urgente que nunca.
Contexto del conflicto
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Inicio de la guerra civil (2011): Las protestas antigubernamentales fueron reprimidas brutalmente, desembocando en un conflicto que dejó más de 500.000 muertos y millones de desplazados.
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Resistencia sostenida: A pesar de recuperar la mayor parte del territorio sirio con apoyo de Rusia e Irán, el régimen enfrentó una creciente presión de las fuerzas opositoras.
Dos semanas decisivas en Siria
Miércoles 27 de noviembre:
- Ofensiva inicial: Grupos rebeldes liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) lanzaron una ofensiva masiva en el noroeste de Siria, tomando más de 15 aldeas en Alepo.
- Respuesta del gobierno: El ejército sirio intentó frenar el avance con ataques aéreos y bombardeos.
Jueves 28 de noviembre:
- Expansión del conflicto: Las tropas insurgentes extendieron su control hasta la provincia de Idlib.
Viernes 29 de noviembre:
- Caída de Alepo: La ciudad más grande de Siria cayó sin resistencia significativa.
Sábado 30 de noviembre:
- Toma de Alepo: Los rebeldes izaron su bandera en la ciudadela y ocuparon el aeropuerto internacional.
Domingo 1 de diciembre:
- Contraofensiva fallida: Pese al apoyo limitado de Irán y Rusia, el gobierno no logró recuperar posiciones clave.
Jueves 5 de diciembre:
- Hama bajo control insurgente: Los rebeldes capturaron esta ciudad estratégica, símbolo de la resistencia inicial en 2011.
Sábado 7 de diciembre:
- Toma de Homs: Con Homs en manos de los insurgentes, Damasco quedó aislado.
Domingo 8 de diciembre:
- Derrocamiento de Assad: El presidente sirio fue removido del poder. Funcionarios iraníes y rusos confirmaron que abandonó el país.
Consecuencias inmediatas
- Gobierno de transición: El primer ministro Mohammed Ghazi Jalali anunció la disposición del gobierno para negociar con la oposición.
- Reacciones internacionales: Países como Arabia Saudí, Turquía, Egipto e Irán iniciaron negociaciones para estabilizar la región.
El fin del régimen de los Assad cierra un capítulo trágico en la historia de Siria, marcando el inicio de una nueva era llena de incertidumbre para Medio Oriente.
Fuente: El Tribuno | Internacionales