En 2025, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) instrumentará una nueva escuela secundaria, en la que no habrá materias previas ni se repetirá el año. La reforma, denominada “Secundaria Aprende”, busca reorganizar la enseñanza con un sistema más flexible, orientado a la acreditación de contenidos por niveles y la promoción continua de los estudiantes. Además, propone que los docentes trabajen por cargo y no por horas cátedra, una medida diseñada para eliminar la figura del “docente taxi”.
El Tribuno dialogó con referentes educativos salteños, quienes compartieron su mirada y análisis sobre esta reforma y la situación local de la escuela secundaria en la provincia. Los consultados coincidieron en que la educación media actual requiere cambios profundos, tanto en CABA como en todo el país, debido a que esta quedó “vieja” para los jóvenes de hoy. Sin embargo, algunos muestran cautela ante la promoción continua sin repetición, otros consideran que este enfoque podría mejorar el rendimiento de los estudiantes si se aplica con el apoyo adecuado. Desde el Ministerio de Educación de Salta, se afirmó que la reforma secundaria “no es un tema de agenda por ahora”.
Viviana Borges, directora del Colegio Scalabrini Ortiz y presidenta del Consejo de Directores de Salta, lidera un espacio que reúne a directores de 70 colegios de Capital y también del interior, actuando como un puente entre las instituciones educativas y las autoridades del Ministerio de Educación. Desde esta posición, Borges tiene una visión amplia de los desafíos actuales que enfrenta la educación en la provincia.
En 2023, a secundaria orientada asistieron 97.758 alumnos, 74.516 provenientes de escuelas públicas y 23.242 de privadas.
Al ser consultada sobre la nueva secundaria de CABA, Borges reconoció puntos en común con el programa “Secundaria 2030” que en la provincia se venía planteando ya desde hace algunos años. “Coincidimos en muchos aspectos, como la concentración de la carga horaria en un solo establecimiento y el trabajo por proyectos”, señaló. Sin embargo, expresó cautela respecto al sistema de acreditación de contenidos similar al universitario que plantea CABA: “Yo sería cautelosa con el tema de la promocionalidad, de que los chicos no repitan, hay que observar las experiencias de otras ciudades”.
Uno de los aspectos que más le preocupa es el desgaste del personal docente, especialmente en Salta, donde muchos profesores tienen jornadas de 45 y hasta 66 horas semanales. “Un docente agotado no puede rendir como corresponde”, advirtió Borges, quien considera que esta carga excesiva afecta tanto la calidad del trabajo en el aula como la salud de los docentes. La directora también subrayó la importancia de un enfoque integral en la formación de los estudiantes, que incluya no solo contenidos académicos, sino también el desarrollo de capacidades socioemocionales: “Necesitamos ciudadanos empáticos, solidarios, resolutivos, con autoestima fortalecida y un buen control de sus emociones”.
La matrícula en educación técnica es de 29.322 chicos: 29.029 de unidades públicas y 293 de privadas. Hay 70 técnicas públicas y 1 privada.
Desde su experiencia en la dirección del Colegio 20 de Febrero, a Laura Flores, le preocupa el manejo de las materias previas. Según explicó, “las previas son un problema porque muchas veces los chicos cursan bien el año, pero al acumular materias previas no pueden avanzar”. Respecto a la repitencia, Flores considera que es un problema serio, sobre todo para los estudiantes que repiten varias veces: “El alumno que viene repitiendo muchas veces no encontró la institución adecuada o no tiene el apoyo familiar necesario. Se alejan más de la posibilidad de estudiar y se vuelven rebeldes”. Advirtió que el contexto familiar y personal juega un rol crucial en el éxito académico.
Remarcó la necesidad de reducir la carga horaria dispersa de los profesores, un tema clave en la reforma educativa de CABA. “Sería ideal que los profesores pudieran concentrar más horas en un solo colegio, lo que permitiría un mayor sentido de pertenencia y compromiso. Hoy en día, el 80-85% de los profesores en mi colegio son lo que llamamos ‘docentes taxi’, que deben cumplir con varias instituciones a la vez”, comentó.
De acuerdo a un exfuncionario de Educación, esta reforma responde a los preocupantes resultados obtenidos en evaluaciones como Aprender, que evidencian que muchos estudiantes egresan sin adquirir los contenidos necesarios para desenvolverse en el mundo actual. Para él, uno de los puntos más críticos abordados es la repitencia, a la cual no considera una herramienta pedagógica eficaz. “La repitencia no garantiza que el estudiante aprenda más. De hecho, muchas veces genera desmotivación y lleva al abandono”, señaló.
En Salta funcionan 178 establecimientos secundarios públicos y 100 privados. Además, hay 2 escuelas nacionales con unos mil alumnos.
Analizó que obligar a un estudiante a repetir materias ya aprobadas lo empuja muchas veces a abandonar el sistema educativo. “En lugar de utilizar la repitencia como castigo, el enfoque debería estar en un acompañamiento continuo que permita a los estudiantes avanzar y recuperar contenidos sin interrumpir su trayectoria escolar”, sugirió.
Otro exfuncionario del sector señaló que el cambio que propone CABA es profundo, no es cosmético, pero dijo que hay que analizar sobre la marcha los beneficios o problemas que puede traer. “Aquí conviene analizar si el sistema se construye en base a un estudiante o si el estudiante se adecua a un sistema educativo. Esa disyuntiva abre a pensar alternativas que no copien sistemas educativos foráneos, sino que se trabaje sobre las necesidades de una realidad puntual”, planteó.
El principal reto, según su análisis, será cambiar la mentalidad de todos los actores del sistema educativo, incluidos docentes, directivos y familias. Aunque la propuesta de promocionar a los estudiantes según sus logros y eliminar las materias pendientes resulta atractiva para alumnos y docentes, su aplicación generalizada en la educación secundaria podría ser problemática, ya que CABA no es Córdoba, Ushuaia, Misiones, Mendoza ni Salta.
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