La esperanza de volver a producir uranio

Tras la presentación del Plan Nuclear Argentino por parte del presidente Javier Milei el 20 de diciembre pasado, aparecieron especulaciones sobre la posibilidad de que en el país se vuelva a producir uranio. El mineral básico para abastecer a las centrales nucleares se dejó de extraer en Argentina desde 1997, por distintas cuestiones que estuvieron lejos de una política inteligente sobre el manejo de recursos estratégicos.

A partir de ese año, el país debe importar alrededor de 250 toneladas de uranio por año para proveer a los reactores de las tres centrales nucleares nacionales, con un costo de alrededor de US$43 millones anuales, a lo que se deben sumar gastos de buques, otros transportes, seguros y permisos.

Un estudio de 2016, de la por entonces Subsecretaría de Desarrollo Minero de la Nación, señaló que en Argentina existen “recursos razonablemente asegurados”(RAR) de 10.980 toneladas de uranio (tU) y 20.705 tU de recursos identificados, lo que hace un total de 31.685 tU. Las existencias están en los yacimientos de Sierra Pintada, Mendoza; Cerro Solo, Laguna Colorada y Laguna Salada, en Chubut; y la mina Don Otto, en Salta.

A esas reservas se debe sumar el proyecto de uranio Amarillo Grande en Río Negro, cuyas acciones mayoritarias fueron adquiridas recientemente, justo antes del anuncio nuclear de Milei, por el grupo del empresario argentino Eduardo Eurnekián (exjefe del presidente, cuando se desempeñaba como economista en el sector privado).

Torta amarilla salteña

En Salta se produjo uranio entre 1963 y 1981, en la mina Don Otto, ubicada en el valle del río Tonco, en la zona de Amblayo (San Carlos). Fue cerrada por la última dictadura.

Hubo algunos intentos por reactivar la producción de “torta amarilla” (como se dice coloquialmente a la minería uranífera), aunque no prosperaron. Pero tampoco la mina tuvo un cierre formal, con los procesos de saneamiento ambiental correspondientes. En 2018, una investigación de El Tribuno revelaba que existían 390.000 toneladas de colas de uranio y 18.325 metros de galerías subterráneas de la mina sin saneamiento.

En 2007, el Gobierno nacional amagó con reabrir Don Otto, pero no prosperó. Se estimaba, en la oportunidad, una producción anual de 30 toneladas de uranio.

La sede regional del NOA de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) que funciona desde 1957 en la capital salteña se dispuso por la mina Don Otto.

Fuente: El Tribuno | Salta