El encono de San José de Metán y la gran tormenta del año 1949

En la madrugada del pasado 19 de marzo se desató sobre la ciudad de Metán una tormenta tan violenta que a poco crecieron los arroyos, se inundaron los caminos y los árboles de la vía pública cayeron por doquier. Pronto las calles se transformaron en ríos que a su paso causaron daños y perjuicios en casas particulares y en el Hospital del Carmen.

Pero lo curioso de esta reciente tormenta, es que se produjo exactamente el mismo día -19 de marzo- de aquella otra ocurrida en 1949, aguacero éste que marcó a fuego la memoria de los metanenses. Pero entre ambas hay una diferencia. Cuando se produjo la tempestad de hace 75 años, la población de Metán aun estaba muy mortificada por el violento terremoto que había sufrido el 25 de agosto de 1948, y cuyo epicentro, a vuelo de pájaro, estaba a solo 80 kilómetros de distancia, en Estancia El Rey, Anta. Ese estado de ánimo se reflejó como veremos, en algunas apreciaciones periodísticas de la época que aluden al malhumor del patrono San José, por la “juerga, diversiones, fiestas, juegos y vicios y bailes desenfrenados” en que vivía Metán desde hacía años. Y quizá por eso y a causa de las inundaciones se sacó en procesión a San José (foto) donde se ve en primera fila al intendente Ginés Alvarez, padre José Mir y Dr. Rodolfo Sierra entre otros.

Pero volviendo a la llamativa coincidencia de ambas tormentas ocurridas en el día de San José, nada mejor que recurrir al historiador y profesor Eduardo Poma, quien en su relato da detalles de aquellas horas trágicas que vivió Metán a partir del 19 de marzo de 1949.

Historia olvidada

Dice el profesor Poma: “Las horas dramáticas que vivió la población, a partir del 19 de marzo de 1949, son prácticamente ignoradas por las nuevas generaciones, incluso por los más adultos, ya que son pocos los que viven todavía y fueron protagonistas en esas jornadas. Los acontecimientos que se relatan, fueron tomados de testimonios orales, del periódico “El Crestón”, y del diario “La Gaceta” de Tucumán.

El 19 de marzo desde las primeras horas de la madrugada, llueve torrencialmente, lo que provoca un aluvión de agua y lodo que, siguiendo el cauce del arroyo Los Laureles, se precipita sobre la población, principalmente por la calle Güemes, destruyendo completamente las cortinas metálicas de Casa Colombo, en 9 de Julio y Güemes, arrastrando toda su mercadería.

De las 400 familias afectadas, las que más daño sufrieron fueron las de la avenida 9 de Julio, con fondos hacia el ferrocarril. Por allí entró el agua y el lodo destruyendo muebles, ropas y todos sus enseres. Hubo momentos de pánico y desesperación, pues el agua llegó en algunas casas hasta los 1,80 m., lo que les impedía abrir las puertas hacia la calle. Algunas mujeres y niños se salvaron colgándose de las banderolas, no sin sufrir heridas por los vidrios rotos. Las familias más afectadas fueron las de Brazanovich, Luisa Poma de Leavy, Alderete, Alemán, Adelina de Acuña, Mercedes Soto de Poma, Sánchez y Bellasay. Providencialmente, la usina de la firma Lávaque & Poma no paró sus motores a pesar de las descargas eléctricas, permitiendo las tareas de salvataje, destacándose en ellas Nicolás Moschetti, Francisco Marinelli y Germán Gaitán, quienes salvaron mujeres y niños. Como las tomas fueron destruidas, el pueblo quedó sin agua corriente, y el amanecer de ese día 19 dejó ver una gruesa capa de lodo en la avenida 9 de Julio, y zanjones en la calle Güemes.

Bomberos de Salta

El día 21 llegó un destacamento de los Bomberos de Salta, para ayudar a las víctimas y desagotar los sótanos de muchas viviendas, mientras que Rosario de la Frontera mandaba un camión con agua potable. Durante los días 22 y 23 otra vez llueve copiosamente, y la correntada destroza el terraplén ferroviario a la altura de la calle Santa Fe, ocasionando graves daños a las familias Canseco, Escudero, Escribas, Lucena y Giménez, a la vez que crecen y se desbordan, arrastrando árboles y animales, los ríos Metán y Conchas, cortando este último el puente del ferrocarril. En tres días cayeron más de 500 milímetros, pero en los cerros las lluvias fueron más intensas por las huellas que a simple vista se pueden observar. “A lo largo de toda la sierra de Metán se ven como heridas donde, sin duda, la vegetación fue arrancada por los torrentes”, dice la prensa.

La Escuela General Belgrano habilita albergues para las familias que quedaron sin techo, y por ferrocarril llegan vagones con agua potable. Tucumán envía, por pedido del Gobierno de Salta, un destacamento de infantería al mando del teniente Jorge Chaía, para colaborar en todo tipo de tareas. Y por el problema del agua se solicita el urgente envío de vacunas contra la fiebre tifoidea. El día 24 el enérgico intendente municipal señor Ginés Álvarez, forma una Comisión de Vecinos Pro-Ayuda a Damnificados, integrada por los señores Nicolás Moschetti, Luis A Campos, Carlos Gatti, Luis Romeri, Alberto Guzmán Arias, Alfredo López, Alberto Wiegers, Pablo C. Arroyo, Ricardo Villares y el Dr. José Novo Hartmann. Y desde la Presidencia de la Nación se remite gran cantidad de ropa para ser distribuida entre las familias de escasos recursos.

Perjuicios

Una primera evaluación de las víctimas y daños arrojó lo siguiente: 4 muertos, numerosos heridos y dos quemados por un rayo; más 400 familias damnificadas; varias viviendas destruidas y otras seriamente dañadas; varios comercios afectados y Tienda Casa Colombo, cuyo gerente es el señor Ricardo Villares, con pérdidas totales; innumerables animales domésticos de toda especie desaparecidos; distintos caminos, alambrados y sembradíos arrasados; cortes en las vías del ferrocarril y daños en el puente sobre el río Conchas; el pavimento de la avenida 9 de Julio destruido; las tomas de agua corriente totalmente dañadas. Dicen los más viejos: “Jamás hemos visto algo parecido en la zona”.

Las culpas por el desastre

Ante el peligro de nuevas inundaciones, el Gobierno de la Provincia envía un destacamento del Regimiento 5º de Artillería, equipados con explosivos. Eso “para que efectúe –dice la prensa- trabajos de desviación del caudal de aguas del río Conchas, y arroyos que han originado el desastre”.

Para evaluar lo ocurrido, llegan a Metán el gobernador Dr. Lucio A. Cornejo, con el Ministro de Economía Ing. Juan W. Dates y el Director General de Comercio e Industria, señor Guillermo Schimidt, y también el senador nacional Osvaldo Amelotti.

Culpas

En abril las lluvias merman y la calma renace. Muchos culparon del desastre al nuevo trazado de la ruta nacional Nº 34, que bordea las primeras estribaciones montañosas del pueblo, donde se construyeron terraplenes y alcantarillas, por lo que se exige la canalización de los arroyos Los Laureles y Las Canoas. Otros culpan a la población, como dice el periódico local “El Crestón”: “…por el olvido que tenía del viejo Patrono de Metán, San José”, y que “…desde hace varios años este pueblo vive en permanente juerga, diversiones, fiestas, juegos y vicios y bailes desenfrenados, olvidando a su Patrono, que es una artesano de trabajo, padre y protector de familias. Y cuando más y por primera vez se lo quiso festejar con dos días continuados, con un extenso programa de bailables, recibimos el aluvión… y a pesar de estar el pueblo de duelo, el “Recreo Ideal” organizó un baile el día lunes 21 y como premio, el martes 22 a la madrugada, tuvimos el segundo aluvión y el miércoles 23 siguió la tercera inundación”.

Autoridades

“En ese año –continua el profesor Poma- las autoridades responsables del Departamento eran las siguientes: Legisladores Dr. Alberto Caro, Carlos Gatti y Walter Vanetta; Intendente Sr. Ginés Álvarez; Secretarios Antonio Nella Castro y María L. Rodríguez de German; Concejales Severo Montenegro, Bartolomé E. Coronel, Nazario Alemán, Diógenes Zapata y Victoriano Roda; Comisario Inspector de Zona Narciso Pérez; Comisario Antonio Plaza; Subcomisario Eduardo Abel Poma; Director del Hospital del Carmen Dr. José Novo Hartmann, Presidente de la Cruz Roja Dr. Carlos Silvio Poma; Directora de la Escuela Belgrano con los albergues, Sra. Lola Valdez de Ovejero. El Sr. Nicolás Moschetti, director de “El Crestón”, era senador por Cachi pero residía en Metán. Y al frente de la Parroquia de San José estaba el P. José Mir, quien también era director del Colegio José Manuel Estrada, primer establecimiento secundario de Metán.

Así fueron estos dramáticos acontecimientos que dejaron profundas huellas en la mayoría de los metanenses, que los años transcurridos, ya casi fueron borrándolas poco a poco”, concluye el profesor Eduardo Poma.

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