Ecuador, entre las elecciones y el estado de excepción

En un clima enrarecido, dado que el presidente Daniel Noboa decretó ayer el estado de excepción en siete provincias, en Quito y en las cárceles, Ecuador elegirá hoy a su presidente hasta 2029 entre el actual gobernante y la correísta Luisa González.

La medida, que durará 60 días e incluye el toque de queda y la restricción de la movilidad, compete a distintas provincias, al Distrito de Quito (provincia de Pichincha) y el municipio Camilo Ponce (provincia del Azuay). El decreto, que también incluye a los centros de privación de libertad del Sistema de Rehabilitación Social, contempla medidas como suspender el derecho a la inviolabilidad de domicilio y de correspondencia.

En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, los ecuatorianos decidirán si reeligen al actual presidente o si devuelven al correísmo al poder tras ocho años en la oposición, convirtiendo a González en la primera presidenta de la historia del país en ser elegida en las urnas.

Por segunda vez en año y medio, los ecuatorianos escogen entre Noboa y González, como en las elecciones extraordinarias de 2023, donde el empresario, heredero de una de las mayores fortunas del país, se convirtió en el presidente más joven de Latinoamérica y de la historia democrática de Ecuador.

En aquellas elecciones, Noboa logró el 51,83% de los votos frente al 48,17% de González, pero ahora el balotaje se prevé aún más ajustado, con una polarización que en la primera vuelta hizo que la separación entre ambos fuese de poco más de 16.000 votos.

El ganador gobernará Ecuador por los próximos cuatro años (2025-2029) y la elección implica dos modelos opuestos de entender el Estado y de relacionarse con el mundo.

Por un lado, el candidato y líder de Acción Democrática Nacional (ADN) ya ha anunciado que, si gana, promoverá una Asamblea Constituyente que deje atrás la actual Constitución para profundizar sus reformas liberales de control del gasto público, atracción de inversión extranjera y flexibilización laboral, entre otros aspectos.

En la esfera internacional tiene a Estados Unidos como su principal respaldo, ha reconocido a Edmundo González como presidente electo de Venezuela y está enemistado con numerosos gobiernos de izquierda, especialmente tras ordenar la invasión de la Embajada de México para detener al exvicepresidente correísta Jorge Glas.

Por el otro, la candidata de la Revolución Ciudadana (RC), partido que tiene como líder a Correa, representa el modelo correísta de mayor asistencial social, gasto público y redistribución de la riqueza con un mayor control sobre la economía, mientras que ya ha anticipado que reconocerá a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y restablecerá relaciones con México.

Fuente: El Tribuno | Internacionales