Más de 740 kilómetros de frontera dividen a la Argentina y a Bolivia; entre una república y la otra atraviesan a diario de manera ilegal distintos objetos y sustancias estupefacientes: un trazado fronterizo que en muchas ocasiones es aliado de los delincuentes, narcotraficantes y comerciantes ilegales. “La frontera lo cambia todo. Hay un océano jurídico con solo cruzar un puente”, apuntó el fiscal penal Armando Cazón.
Hace más de diez años que Cazón es fiscal penal en la frontera caliente del país. Se autodefine como un “obsesivo” a la hora de investigar causas candentes en la dura y peligrosa frontera. En el marco del enigmático caso de Loan Danilo Peña, el niño de cinco años que desde el jueves 13 de junio desapareció en Corrientes, el investigador salteño habló al respecto, pero sobre todo dejó una cifra oficial más que interesante.
“Entre el año pasado y lo que va del 2024 en mi jurisdicción tenemos registrados 59 denuncias de personas –entre menores, jóvenes y adultos- que por algún motivo se extraviaron. Gracias a Dios podemos decir con satisfacción que logramos encontrar a todos, el ciento por ciento”, contó el fiscal en diálogo con El Tribuno.
La cifra corresponde a las denuncias por extravío de personas realizadas durante el período mencionado por el letrado en las distintas comisarías y dependencias policiales que pertenecen a la jurisdicción del fiscal. Se trata de Salvador Mazza, Alto Verde, Aguaray y Santa Victoria. Entre todas suman 59 denuncias de personas extraviadas, en su mayoría jóvenes menores de edad.
Acerca de lo ocurrido con Loan, y según lo que pudo escuchar y observar en medios periodísticos, el investigador norteño afirmó: “Es evidente que hubo una deficiencia en la investigación desde un primer momento. Creo que no se trabajó seriamente en el caso”. Como mencionan varios especialistas en la materia, Cazón coincide con el tiempo que pasó sin que se lleven a cabo acciones fundamentales en cualquier investigación.
“Seguramente las hipótesis son múltiples y lamentablemente ya pasó un mes y mientras siga pasando el tiempo más compleja será la investigación. Puede haber un alto grado de irresponsabilidad de mi parte decir qué pasó en esa causa. Como patrón de investigación, en lo personal, la seriedad del trabajo es el secreto y la sorpresa, y en esta causa es evidente que no hubo ninguna de las dos”, explicó.
Cuando hay que esperar un milagro
Para el fiscal es un “delirio” hablar de 48 horas para recién hacer una denuncia, como alguien mencionó que hicieron en el caso del pequeño desaparecido en Corrientes. “Que pasen 24 horas es un montón de tiempo, imaginante 48, es una locura, un delirio”, sostuvo Armando Cazón.
“Cuanto más pasa el tiempo, más se diluyen las posibilidades de tener éxito en la investigación. Después pasas a hablar de milagros: es un milagro si aparece con vida, es un milagro si lo encuentran y así, lamentablemente”, expresó el fiscal de frontera.
El robo calificado, el más peligroso
Convencido que para tener éxito en una investigación, esta tiene que contar con el “secreto” y la “sorpresa”, el fiscal Cazón también afirmó que el hecho de haber encontrado a las 59 personas extraviadas es “gracias al trabajo de todos, no solo del fiscal. Aquí intervienen desde la Policía, las áreas investigativas como la Brigada, la Gendarmería y la Policía Federal, entre otros”.
El letrado cuenta, además, con contactos muy importante en otros países, cuestión que también ayuda en una investigación.
Las causas de esos extravíos tienen que ver por lo general con fugas de hogar, dado que la mayoría de los casos son jóvenes o incluso adolescentes. Sin embargo una vez que se encuentra a la persona denunciada como extraviada, deja de haber un hecho penal y la causa queda sin efecto.
El fiscal Armando Cazón.
Del 2014 al 2017 Cazón se ocupó de los homicidios en la violenta frontera norteña. Actualmente hay otros fiscales que trabajan con ese tipo de delitos, otros con los de abusos sexuales y “nosotros en Salvador Mazza con una multiplicidad de delitos, pero sobre todo los robos en sus distintas formas”, contó.
Y es justamente el “robo calificado” el más peligroso de los delitos en la zona de frontera, según el investigador. “Están a cinco minutos de pasar al otro país. Es un delito que ocurre a diario, por lo general calificado por el número de personas o por realizarse con arma de fuego. Hay organizaciones binacionales que se dedican a este tipo de robos, son muy violentas”, expresó.
Estas bandas cuentan con gente de ambos países, bolivianos y argentinos. “Cuando el delito se comete en Bolivia, pasan a la Argentina o al revés; están sincronizados y a pesar de que hemos desbaratado este tipo de organizaciones, van mutando, se reciclan como el delito mismo”.
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