Abrel el corredor por el que escapaban los papas

El ‘Passetto’, un corredor amurallado que une el Vaticano con la fortaleza romana de Castel Sant’Angelo, ofreciendo una atalaya militar y una eventual vía de fuga para los papas a lo largo de los siglos, permitirá ahora el paso al público para recuperar su importancia en la convulsa historia de la ciudad.

Este pasillo, generalmente cerrado al público, puede recorrerse gracias a un programa especial de visitas guiadas, después de una restauración que comenzó en 2018 y que ha permitido adaptarlo también a personas con movilidad reducida.

Roma recupera así un lugar clave de su inconmensurable historia, justo cuando el papa Francisco inauguró el Jubileo con la apertura de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro.

El ‘Passetto’ es un corredor amurallado que, a lo largo de sus 800 metros, une el Vaticano con el Castel Sant’Angelo, una imponente fortaleza levantada sobre el sepulcro del emperador Adriano a orillas del río Tíber.

Sus orígenes se remontan al año 547, cuando el rey bárbaro Totila asediaba Roma, pero sería el papa León IV quien, en el año 852, tras el colapso del imperio, erigiera esta fortificación de cinco metros de altura para defender la Santa Sede.

Algunos estudiosos consideran que el corredor que hoy se conoce data del 1277, encargado por el papa Niccolò III, el primero en trasladar la residencia pontificia del Palacio de San Juan de Letrán al Vaticano.

En cualquier caso, el “Passetto” fue utilizado por los papas para controlar sus alrededores o llevar a las mazmorras de Castel Sant’Angelo a sus prisioneros, como el célebre caso de Beatrice Cenci, una noble y heroína popular que lo cruzó encadenada antes de ser ejecutada en 1599 por asesinar a su desalmado padre.

Pero sobre todo esta muralla brindó a los pontífices una rápida y discreta vía de fuga en caso de ataque (los papas reinaron en la Roma de los Estados Pontificios hasta su caída en 1870).

Uno de los soberanos que tuvo que cruzar el ‘Passetto’ fue el papa Alejandro VI Borgia, refugiándose en las alturas de la fortaleza tras la invasión de Roma por parte de Carlos VIII de Francia.

Pero el hecho más memorable se produjo en el triste ‘Saqueo de Roma’, cuando la ciudad fue arrasada por las tropas de Carlos I de España por el apoyo de Clemente VII a Francia.

Fuente: El Tribuno | Internacionales